El champú es uno de los productos cosméticos que más cantidad de sustancias tóxicas contiene. Por ello es muy importante leer los ingredientes de los productos de higiene ya que el uso prolongado de estos puede tener efectos negativos en nuestra salud. En la composición podremos comprobar la gran cantidad de números, letras y palabras en inglés que se corresponden con elementos químicos, entre ellos los más nocivos son: los sulfatos, parabenos y la silicona.
Algunos químicos pueden ser dañinos cuando se usan frecuentemente.
Los sulfatos
Suelen aparecer bajo el nombre de “Sodium Laureth Sulfate“. Esta sustancia se incorpora a los productos de higiene y belleza para hacer espuma al tener contacto con el agua. Su función es la de eliminar la grasa que se acumula en el cuerpo. El problema es que no tiene ningún tipo de control, lo que significa que también destruye los lípidos naturales que nuestra piel genera para defenderse de forma natural.
Su uso prolongado provoca irritaciones en la piel, problemas de sequedad y caspa. Este sulfato es muy peligroso ya que es capaz de penetrar por el cuero cabelludo y provocar daños en algunos órganos vitales. Si tienes el cabello teñido, el uso de champús con sulfatos provoca la pérdida de color y opacidad.
Los parabenos
Los parabenos son conservantes fungicidas y bactericidas, que evitan que el producto pierda efectividad. Son los más comunes de encontrar bajo las siglas en inglés: methylparaben, propylparaben, butylparaben o benzylparaben. También están presentes en las cremas hidratantes, el maquillaje y las lociones de afeitado.
El problema de los parabenos es que según estudios científicos, estas sustancias se han encontrado en tumores mamarios. Por eso, se recomienda no usarlos habitualmente, porque aunque no se haya podido demostrar con total seguridad, su uso cotidiano podría, a la larga, llegar a producir cáncer.
La silicona
Las siliconas son derivado del petróleo, o lo que es lo mismo: plástico. Los champús lo incorporan para poder cubrir el pelo totalmente y hacer que este luzca limpio, con brillo y muy sedoso. Un objetivo que casi todas buscamos cuando nos arreglamos el cabello. Pero, como derivados del petróleo, cuando los usamos recubren la fibra capilar del pelo, dándole un aspecto que realmente no tiene. Las mascarillas y los acondicionadores también presentan este compuesto, que a la larga destrozan nuestro cabello haciendo que pierda su elasticidad y se quiebre fácilmente.
Aunque en un primer momento los champús que lo contienen dan la sensación de pelo limpio y brillante, a la larga, las personas que tienen el cabello graso sufren muchos problemas. La silicona alimenta la grasa que el pelo produce, en concreto en la raíz, y provoca que dure limpio mucho menos tiempo.
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